Artículo: Desafío Malbec: una cepa para 3 pasos

Desafío Malbec: una cepa para 3 pasos
El Malbec es la estrella indiscutida de la viticultura nacional. Es la cepa insignia, el símbolo de un país con arraigadas tradiciones vínicas y en pleno proceso de autodescubrimiento. Porque la Argentina del Vino actual atesora viñedos en casi todas las provincias, en altitudes y latitudes otrora impensadas. Viñedos de altura, al pie del océano o en lugares recónditos, le dan un plus a una industria en auge.
En este proceso de sostenido crecimiento, el Malbec sigue mostrando un sinfín de capas y facetas. “El Malbec ya no es uno solo” es una frase que suena cada vez más con fuerza entre los winelovers.
Versátil, camaleónico, elegante y siempre refinado por estas latitudes, este noble cepaje se expresa de maneras muy diversas, según donde haya sido plantado. Dentro de Mendoza, las características varían notablemente de una subregión a otra. He aquí lo maravilloso del terroir, que le imprime al Malbec características organolépticas bien definidas y diferenciadas.
Rico, tomable, de taninos amables y sensaciones frutales a flor de piel, el Malbec es el vino argentino por excelencia (y por adopción). Si bien su cuna no fue la Argentina, es aquí donde se da de manera única, incomparable y sorprendente.
Originaria del Sudoeste francés, el 17 de abril se celebra el Día Mundial del Malbec. ¿Por qué se eligió esa fecha? Porque un mismo día, pero del año 1853, con el apoyo del entonces gobernador de Mendoza, Pedro Pascual Segura, se presentó el proyecto de ley para fundar una Quinta Normal y una Escuela de Agricultura.
Lo cierto es que el Malbec llegó a Argentina de la mano del francés Michel Aimé Pouget (1821-1875), un agrónomo contratado por el periodista, político, estadista y ex presidente Domingo Faustino Sarmiento para llevar adelante la dirección de aquella quinta.
Diversidad y excelencia
Desde Bodegas Bianchi nos sumamos a los festejos que honran las virtudes de nuestro cepaje emblemático, a través de etiquetas que nacen en los más prestigiosos terruños mendocinos: Valle de Uco y San Rafael.
Nuestro objetivo es brindarle al público opciones en diferentes segmentos de precios y oportunidades de consumo. Hablar de Malbec es hacer referencia a una variedad muy plástica, que se adapta a cualquier circunstancia. Los hay para las entradas, para los principales y para el postre. He aquí el gran desafío para comunicar.
Desde nuestro equipo enológico y de investigación, en Bodegas Bianchi nos hemos propuesto alcanzar nuevos niveles de calidad y expresión del Malbec, afín de dar a conocer el amplio abanico de características y matices que surgen desde dos lugares totalmente diferentes.
Actualmente, contamos con un portafolio que comprende 17 Malbec, con el objetivo de ofrecer numerosos sabores, aromas y la frescura típica de esta variedad. Así, desde Valle de Uco y San Rafael, reflejamos una gama completa de perfiles y estilos que resaltan la versatilidad de esta emblemática variedad.
Para celebrar su día, recomendamos tres ejemplares imperdibles, cada uno con su propio estilo y personalidad propia.
Para una entrada o previa de una comida, es ideal Il Caprone Malbec. Un exponente joven, fresco y frutado de San Rafael, con gran intensidad de color, aromas frutados típicos del varietal y taninos dulces, boca untuosa y final armónico. Va muy bien con platos ligeros y solo, como aperitivo.
A la hora del principal, nuestra propuesta es el enjundioso Gran Famiglia Bianchi Malbec.
Literalmente, un gran Malbec de Valle de Uco, con pronunciada intensidad, potencia y vivacidad. En vista presenta increíbles destellos violáceos, que dan paso a una nariz voluptuosa, entre aromas de frutos rojos como cerezas y ciruelas frescas, en perfecta armonía con notas especiadas y florales. La crianza de 12 meses en roble francés aporta sensaciones de vainilla y chocolate negro. En boca, la entrada es dulce, de estructura compleja. Su acidez equilibrada le permite expresar su exquisita frescura y taninos sedosos. Va muy bien con pastas, carnes rojas, guisos y platos con buena estructura.
En el epílogo, el elegido es Los Stradivarius de Bianchi. Un Malbec fortificado, envolvente, seductor, con un marcado color rojo profundo con tonalidades violáceas típicas del Malbec. Sus aromas recuerdan a higo en almíbar, frutas en confituras, miel, y frutos secos, con notables toques de vainilla, tabaco y chocolate negro. En boca es amable, sedoso y untuoso, persistente y elegante. Su complejidad lo hace ideal para maridar con una selección de quesos, o postres espacialmente elaborados para él, y finalmente, para acompañar la sobremesa.
Versátil, dinámico, armonioso y refinado. Así es nuestro Malbec, que tanto queremos y tan bien nos representa frente al mundo. ¡Feliz Día! ¡A tu salud!
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