Vinos de Aperitivo

El vino y sus distintos ejemplares permiten acompañar una comida de principio a fin.

Por su versatilidad y la diversidad de estilos que ofrece, el vino y sus distintos ejemplares permiten acompañar una comida de principio a fin. Así y todo, también es una bebida para tomar sola, descubriendo y explorando sus diferentes capas de aromas, sabores y texturas. Por lo tanto, es una gran opción para beber como aperitivo, antes de una comida, preparando el cuerpo y todos los sentidos para lo que vendrá después.

¿Qué se considera un aperitivo?

La instancia del aperitivo es una costumbre que caló fuerte en nuestro país de la mano de los inmigrantes europeos a comienzos del siglo XX. Hoy, las nuevas generaciones –hijos y nietos de esos inmigrantes continúan con este legado gastronómico inculcado por sus padres y abuelos.

Un aperitivo es una bebida que se toma antes de las comidas para “abrir el apetito” e incrementar la relajación para disfrutar más y mejor de los platos. Este concepto gira en torno a sabores frescos, que despierten los sentidos, limpien las papilas gustativas y que por nada del mundo empalaguen.

Si bien históricamente en la Argentina se bebió vermouth como el aperitivo por excelencia, lo cierto es que en los últimos años los vinos han cobrado protagonismo también en la instancia previa a una comida.

¿Cómo y cuándo se toma un vino de aperitivo?

Un vino es siempre una gran alternativa para beber como aperitivo, sobre todo durante cenas o almuerzos en las que también se disfrutará de esta bebida, para evitar tomar más de un tipo de bebida alcohólica durante la misma situación de consumo.

Ejemplares jóvenes, frescos, ligeros, de cuerpo medio, con notas frutales, sin paso por madera y con buena acidez son probablemente las principales características para elegir un vino de aperitivo. 

¿Qué vinos sirven como aperitivos?

El universo vitivinícola ofrece distintas opciones para dar inicio a una comida. Sin embargo, la elección estará determinada por la ocasión, el momento del día, el gusto personal y si se lo acompañará con algún bocado en particular o se lo beberá solo. 

En líneas generales, las opciones más adecuadas están dentro de los siguientes estilos de vinos:

  • Vinos blancos jóvenes: Los blancos jóvenes, frescos y directos, sin paso por madera, son grandes aliados de la instancia del aperitivo.

  • Vinos rosados: Los rosados secos y frutales, con acidez pronunciada, también son una gran alternativa para dar inicio a una comida. 

  • Espumantes: Los espumantes con escaso contenido de azúcar, con columnas de burbujas finas y definidas, también son perfectos para “abrir el apetito”. 

  • Tintos ligeros: Si el almuerzo o cena continuará con vinos tintos, también es posible elegir como aperitivos tintos jóvenes, livianos y de paso ágil, sin demasiadas complejidades. 

¿Cómo diferenciar un vino aperitivo de uno digestivo?

Por su parte, las bebidas bajativas o digestivas también tienen una función muy importante después de una comida: favorecer la digestión, y por supuesto, acompañar las charlas de la sobremesa.

Si bien no podemos hablar de vinos digestivos, en las antípodas de los ejemplares que se suelen beber como aperitivo están los vinos dulces, que acompañan como ninguna otra bebida los postres y la sobremesa extendida. Para conocer más sobre este estilo de etiquetas, ingrese aquí link a vinos de postre

¿Con qué acompañar un vino aperitivo?

  • Vinos blancos jóvenes: Son ideales para armonizar con tapas o bocados que tengan como protagonistas a los frutos de mar.

  • Vinos rosados: Acompañan muy bien tablas de fiambres y quesos semiduros de sabores no muy pronunciados y texturas algo pastosas. 

  • Espumantes: Por su versatilidad, maridan con un sinfín de preparaciones, desde caviar y tiraditos hasta bruschettas capresse.

  • Tintos ligeros: Combinan muy bien con fiambres curados y quesos de pasta blanda con presencia de hongos y algo de madurez, como suelen ser el Brie y el Camembert.

Nuestros recomendados

  • Famiglia Bianchi Rosé Blend: Es un vino intenso, de aromas frescos, con algunas notas cítricas y minerales que se equilibran con aromas de frutos rojos, frambuesas y grosellas. Un ejemplar delicado en boca, con una acidez refrescante, buena estructura y dejos florales al paladar, ideal para disfrutar en un ambiente descontracturado.

  • Famiglia Bianchi Viognier: Un blanco seductor, con aromas florales y frutales en las que se destacan las notas de jazmín y durazno blanco. Es un vino fresco, con una tipicidad varietal que se amalga perfectamente con sus notas minerales. En boca es potente, con una acidez refrescante y muy buen cuerpo.

  • Bianchi Varietales Chardonnay: Se destaca por su frescura y sus notas a manzana verde, cítricos y frutas tropicales. Un blanco de acidez vibrante, buen volumen, estructura media y una dulzura muy leve y agradable al paladar.

  • Bianchi Extra Brut: Se distingue por sus burbujas finas y sus aromas a frutas tropicales y levaduras. En boca se aprecia el equilibrio perfecto entre la amabilidad y redondez de su estructura y su acidez pronunciada que invita a seguir degustando otra copa más.