Guía definitiva del Malbec

Hablar de Malbec es hacer referencia a Su Majestad en la viticultura nacional. ¿Quién no disfruta de una enjundiosa copa de color violáceo profundo entre paladares vinófilos, que buscan descubrir sus infinitas virtudes? Llevar un ejemplar a la casa de un ser querido es ir a “lo seguro”, asevera una frase que atravesó generaciones de exigentes sibaritas.

Es nuestro emblema, nuestro buque insignia. Es la estrella que brilla con luz propia y nos representa con personalidad y elegancia en el mundo del vino.  Es (¡vaya si lo es!) el cepaje que nos enorgullece, nos emociona en cada brindis y simboliza, en definitiva, la argentinidad, a pesar de no haber nacido en estas tierras.

¿Qué características tiene esta cepa que nos encandila desde el descorche? ¿Por qué nos gusta tanto y la recomendamos en cualquier ocasión y circunstancia? Disfrutada siempre con responsabilidad y moderación, descubriremos los secretos mejor guardados en esta guía definitiva sobre el Malbec.

 

Un poco de Historia

Originario de la región de Burdeos, donde se lo denominaba Cot, el Malbec se utilizaba en un principio para elaborar los vinos de Cahors, en el Sudoeste francés. Otrora, gozaron de una óptima reputación en el Imperio Romano y la Edad Media. En España, por ejemplo, se la cultivaba en prestigiosas regiones como Ribera del Duero y La Mancha.

 

Sin embargo, los caprichos de la naturaleza hicieron que esta uva se convirtiese en símbolo inequívoco de la viticultura de la Argentina, donde ha logrado importantes premios internacionales. Muchos expertos, incluso, coinciden en destacar que atesora mayor calidad aquí que en su región originaria.

 

Lo cierto es que de la mano del ampelógrafo francés Michel Aime Pouget, el Malbec fue introducido en nuestro país en el año 1853, mezclada entre otras cepas galas que había solicitado Domingo Faustino Sarmiento. De hecho, en conmemoración a la creación de la Quinta Normal Agronómica de Mendoza, el 17 de abril se celebra el Día Internacional de este noble cepaje.

 

Rápidamente, el Malbec comenzó a desarrollarse con mayor profundidad en diferentes departamentos de Mendoza: alrededor del año 1875 en Godoy Cruz y, más tarde, en 1890, en Luján de Cuyo y Villa Atuel.

 

El terroir donde hizo pie

 

Desde mediados del Siglo XIX, el Malbec se adaptó muy bien al terruño argentino. Si bien la cuna histórica en estos pagos ha sido Luján de Cuyo (Primera Denominación de Origen de América), crece muy bien en los distritos de Maipú, San Rafael y Valle de Uco, donde hoy es furor, y en otras provincias vinícolas, como San Juan, Río Negro, Neuquén y Salta, con epicentro en Cafayate.

 

Hoy, encontramos plantaciones de Malbec en todo el mapa vitivinícola argentino (de Jujuy a Chubut), con expresiones absolutamente diferentes, influenciadas por el clima, los suelos, la latitud y la altitud. Así, queda en evidencia la versatilidad de esta uva, que se vinifica en varietales famosos y multipremiados, pero, también se utiliza en los cortes de los mejores vinos nacionales. Entre los ejemplos clásicos e infalibles, complementa de maravillas variedades como Cabernet Sauvignon, Bonarda, Syrah o Merlot.

 

¿Cómo son los vinos elaborados con uva Malbec?

En vista, el Malbec es inconfundible. Se caracteriza por su color rojo violáceo intenso, oscuro y profundo con matices azulados, casi negruzcos. Con el paso del tiempo, esas tonalidades viran hacia el rojo cereza o guinda, con tonalidades granates.

 

En nariz, su carácter es frutal y floral. Se destacan notas de ciruelas, cerezas, frutillas y flores como la violeta. También, según la región, podemos encontrar sutiles aromas de guinda, menta, pimienta y, cuando evoluciona, ciertas reminiscencias de trufas, uva pasa y fruta cocida (mermelada). Si el Malbec pasó por barricas o tipo algún tipo de guarda en tonelería, desarrollará aromas torrados, a café, chocolate, vainilla o coco, entre otros.

 

En boca, da vinos suaves, delicados, con taninos dulces y agradables. En general, encontramos exponentes de cuerpo medio, sin sensaciones astringentes ni amargores pronunciados. La fruta roja se hace presente nuevamente, ahora en el paladar, y la crianza o posterior estiba aporta más notas terciarias como canela, dulce de leche, cuero o sensaciones balsámicas. Es importante el punto de cosecha para evitar notas herbáceas, que propicien un retrogusto amargo. 

 

Los Malbecs brindan una muy amplia capacidad de añejamiento en madera tanto como varietales o en blends. En el mercado actual tenemos un amplio abanico de productos Reserva o Gran Reserva.

 

¿Cuáles son los maridajes y la temperatura de servicio del Malbec?

 

La versatilidad del Malbec nos hace pensar en un sinfín de combinaciones enogastronómicas. A modo ABC, sin repetir y sin soplar, podemos afirmar que es ideal para acompañar carnes rojas, quesos duros, carnes de caza, carnes a la parrillas y pastas con salsas de tomate. También, si es ligero y no tiene paso por madera, va de la mano con pescados grasos.

 

En relación a las temperaturas de servicio, si el Malbec es fresco y frutado, es recomendable servirlo a unos 14 grados. Si tiene estructura media, a unos 16 grados. Por último, si estamos frente a un ejemplar de guarda, iremos hasta los 18 grados.

 

Los recomendados de nuestra bodega

Para celebrar del mes del Malbec durante todo el mes de abril, he aquí un top 4 de imperdibles, con estilos y personalidades tan definidas como diferentes:

 

 

Famiglia Bianchi Malbec

Hoy, la línea Famiglia apuesta al blend de terroir. Este Malbec es una perfecta combinación de San Rafael, Valle de Uco y Agrelo. Atesora el clásico color violáceo profundo e intenso, sorprendiendo en nariz con frescura, mineralidad y buena presencia de fruta, destacándose la ciruela madura, la cereza y sutiles toques especiados, que aporta el terroir de San Rafael. En boca, la nota floral pica en punta, perfectamente amalgamada con notas de vainilla y chocolate, logradas en la crianza en roble. De taninos suaves y delicados, es elegante y equilibrado.

 

Gran Famiglia Bianchi Malbec

Literalmente, un gran Malbec. Gran intensidad, gran potencia, gran vivacidad. En vista presenta increíbles destellos violáceos, que dan paso a una nariz voluptuosa, entre aromas de frutos rojos como cerezas y ciruelas frescas, en perfecta armonía con notas especiadas y florales. La crianza de 12 meses en roble francés aporta sensaciones de vainilla y chocolate negro. En boca, la entrada es dulce, de estructura compleja. Su acidez equilibrada le permite expresar su exquisita frescura y taninos sedosos.

 

Bianchi Particular Malbec

Un Malbec particularmente intenso, procedente de San Rafael. En vista, sobresale su color violáceo profundo con marcados matices azulados. Elegante y sensual, en una primera nariz aparecen las notas de frutos negros, ciruela madura y dejos sutiles de especias, producto de su crianza en roble. Complejo y fresco a la vez, este excepcional exponente tiene una entrada dulce, taninos amables, pero presentes y gran estructura y volumen. Carnoso y elegante, tiene un final armónico y persistente.

 

Enzo Bianchi Gran Malbec

Emblema de la bodega, este excelso Malbec de Los Chacayes, con tintes señoriales, llama la atención de la vista con su color rojo intenso y sus atractivos matices violáceos. En nariz, aparecen los descriptores típicos del Malbec como frutos rojos frescos, dejos florales (violetas), delicadas notas especiadas y minerales, amalgamadas con toques de chocolate y vainilla, aportados por el añejamiento en roble francés. En boca, brinda una sensación dulce, con taninos suaves. Gran estructura y complejidad: sedoso, armónico y muy equilibrado.

 

Una ajustada selección de la gran paleta de Malbec que ofrece Bodegas Bianchi, para alzar la copa en homenaje a nuestra gran cepa, emblema de la argentinidad en el mundo. Salud!