Maridajes para Pascuas

Acaban de pasar las Pascuas, una celebración religiosa símbolo de la familia y la introspección, que hace foco en la reflexión y las tradiciones cristianas más arraigadas. Queremos repasar junto con las comidas típicas de esta celebración,  los clásicos maridajes y también derribar algunos mitos.

 

 

Entre los rituales tradicionales, están las comidas preparadas especialmente para compartir con los seres queridos. Sin duda, el gran protagonista de esta época es el pescado (de los magros a los grasos), que puede maridarse de múltiples maneras.

 

Existe un viejo (y erróneo) dicho que afirma que “el pescado solamente combina con vino blanco”. Falso. Leyenda urbana, que se transmitió de generación en generación. Si bien es cierto que es un mix muy atinado, según las características del plato, es válida la armonización vinos tintos.

 

En términos generales, los pescados grasos se entienden muy bien con blancos con buen paso por barrica (Chardonnay, Viognier, Semillón entre las opciones más salientes) o tintos ligeros (Pinot Noir, Merlot y Criolla pican en punta).

 

Por su parte, los Pescados magros van de maravillas con blancos ligeros, frescos y frutados (Sauvignon Blanc, Torrontés, Riesling, Chenin Blanc, entre otros).

 

Un verdadero comodín es, también, el vino rosado, que iría a la perfección en ambas propuestas, según su grado de intensidad. Los rosés más voluminosos preferirán pescados grasos, mientras que los más delicados, el mejor Estilo Provence, se ensamblarán con los magros.

 

A la hora de los acuerdos enogastronómicos, los pescados azules (grasos) como la anchoa, el boquerón, el bonito, el atún, el salmón, el arenque, la caballa y la sardina, o los blancos como el rodaballo y el bacalao, formarán un tándem ideal con vinos tintos de ligero.

Pinot Noir y Merlot suelen ser los cepajes recomendados por su versatilidad, frescura y amabilidad en boca, aunque hoy está muy en boca la Criolla.

 

Una etiqueta que maridaría a la perfección estos pescados grasos es el Famiglia Bianchi Criolla. Con delicadas notas de frutos rojos y florales, en boca tiene una entrada levemente dulce, sus taninos son muy amables y su estructura, liviana.

 

Este ejemplar también acompaña pescados como salmón o trucha. Pero, para dar una alternativa de vino blanco, sin dudarlo el Famiglia Bianchi Viognier va a la perfección. Seductor y vivaz, su acidez natural refrescante y balanceada, con notas florales y frutales brindan un maridaje refinado.

 

Si, en cambio, la elección vira hacia los pescados magros como la merluza y el mero, los clásicos frutos de mar o las siempre seductoras ostras (al natural), los vinos blancos y rosados refrescantes son la opción más adecuada.

 

 

 

Amable, envolvente y muy dinámico, Famiglia Bianchi Rosé Blend, con su bellísimo color asalmonado y sus notas atractivas de frutos rojos frescos, en sintonía con toques florales delicados, atesora la acidez equilibrada para balancear texturas y sabores de los pescados magros, mariscos y crustáceos, en general. Corte de Malbec y Pinot Noir en partes iguales, es vivaz y armónico en el paladar, lo que lo convierte, además, en un gran compañero de pescados elaborados al limón o a la naranja.

 

Domingo a las brasas

Más allá de los pescados, actores principales en las mesas argentinas Jueves y Viernes Santo, el Domingo de Pascuas muchas familias se reúnen a compartir un buen asado. Aquí, la recomendación va por el lado de los vinos tintos con cuerpo, enjundiosos, a tono con los cortes de carne que engalanarán el encuentro familiar.

 

Un must para formar un dúo memorable es el Bianchi Particular Cabernet Sauvignon. De gran estructura, elegancia y complejidad, sobresale por su prolongado final con taninos presentes, pero amables, que le darán larga vida a este ejemplar emblemático de la bodega.

 

La mesa está servida. Los maridajes, a flor de piel, son la excusa perfecta para pasar unas Pascuas en unión y mucho amor. Esta celebración religiosa invita a hacer una pausa y reflexionar sobre la importancia de los afectos y la gracia de la fe. Brindemos por ello.