Frizzantes vs. Espumantes
Publicado el: 04 de enero, 2021
Conocé las diferencias entre ambos vinos
Por su efervescencia, su impronta chispeante en el paladar, su acidez agradable y su frescura, los frizzantes son muchas veces confundidos con los espumantes, o al menos considerados dentro de la misma categoría.
Sin embargo, estos dos tipos de vinos tienen diferencias sustanciales en cuanto a su elaboración y sus características particulares. Así y todo, ambos son perfectos para acompañar los días de verano, las tardes de sol junto a la pileta y los atardeceres en la playa.
A continuación, conocé las diferencias entre vinos espumantes y frizzantes.
¿Qué características tienen los frizzantes?
Frizzante es una palabra italiana que se utiliza para nombrar a un “vino burbujeante”. En nuestro país, este concepto fue adoptado a mediados de los años ’90 para distinguir a aquellos vinos efervescentes, ligeros, usualmente dulces y de menor precio que los espumantes que comenzaron a aflorar entre las bodegas argentinas.
Entre ellos, el New Age de Bodegas Bianchi fue el pionero en su categoría y revolucionó el mercado tanto por sus aromas expresivos, sus sabores efervescentes y su vivacidad como por su imagen totalmente innovadora para la época.
Características típicas de los espumantes
Los espumantes son vinos que realizan una segunda fermentación al vacío -en la botella en el caso de los elaborados bajo el método Champenoise o en tanques de acero inoxidable los Charmat- e incorporan el gas carbónico de esa segunda fermentación en forma de sus burbujas características.
Los orígenes de estos vinos nos remontan a los fríos valles de la región de Champagne, en Francia, de la que toma el nombre el más famoso de los espumantes. Allí, el monje Dom Pierre Pérignon fue quien perfeccionó de manera intuitiva un procedimiento (la segunda fermentación en botella) que ya se daba espontáneamente en la mayoría de los vinos de la región. Por lo tanto, se lo considera el “creador” de este estilo burbujeante.
Fuera de los límites de la Champagne, estos vinos espumosos toman distintos nombres de acuerdo a su lugar de origen y su forma de elaboración: espumantes en la Argentina y Chile, sparkling wine en países angloparlantes, Prosecco en Italia y Cava en España.
Diferencias entre espumantes y frizzantes
Los vinos frizzantes y los espumantes tienen grandes diferencias entre sí. Las principales son:
Esta es la principal diferencia en este “espumantes vs frizzantes”. Mientras que en los primeros las burbujas son originadas como consecuencia de la segunda fermentación natural del vino, en los frizzantes la efervescencia está dada por restos de carbónico. Esto ocurre porque el vino se fermenta a baja temperatura y el carbónico no se disuelve como ocurre en el resto de los ejemplares tranquilos, sino que conserva algo de este gas. Por lo tanto, sus bubujas no son “naturales” como las de los espumantes.
Asimismo, a diferencia de los frizzantes a los espumantes se les añade licor de expedición -una mezcla de vino y azúcar- que determinará su dulzura y por ende su categoría (Nature, Brut Nature, Extra Brut, Brut, Demi Sec y Dulce).
Los vinos frizzantes suelen tener un porcentaje de alcohol menor que los espumantes. Mientras que los primeros presentan entre 7% y 11% de alcohol, los segundos poseen entre 10% y 13%.
En los vinos espumantes de calidad las burbujas son finas, persistentes y forman columnas definidas; además, forman espuma en el bode de la copa.
En cambio, los frizzantes tienen una efervescencia más suave que no genera espuma en la copa.
¿Cómo reconocer uno de otro?
En primer lugar, para reconocerlos basta con observar las botellas en las góndolas. Por sus burbujas naturales, los espumantes tienen casi el doble de presión que los frizzantes, por lo tanto, su botella es de un vidrio más grueso y resistente que la del resto de los vinos. Asimismo, su cierre también es más hermético: mientras que los espumantes son tapados con un corcho, los frizzantes suelen tener tapa a rosca.
Respecto a la degustación, a la vista se diferencian por sus burbujas y la espuma, esta última solo en el caso de los espumantes. En cuanto a sus aromas y sabores, los espumantes suelen tener notas muy diferentes entre sí según hagan la segunda fermentación en botellas o en tanques. Al ser mayor la superficie de contacto entre el vino y las levaduras, en los ejemplares Champenoise se generan aromas secundarios propios de la fermentación: pan tostado, brioche, turrón, frutos secos y vainilla. En el caso del Charmat se conserva más la frescura e intensidad de la fruta del vino base, por lo que suelen tener notas cítricas, frutales y florales. Los frizzantes, por su parte, son más bien dulces y presentan notas a frutas y flores, similares a los espumantes elaborados bajo el método Charmat.
¿Qué tragos se pueden hacer con cada uno?
Por su versatilidad en coctelería, ambos estilos son muy adecuados para elaborar tragos ricos y refrescantes para acompañar distintas situaciones de consumo.
Sin dudas, uno de los cócteles de la temporada de verano 2021 es el “Tincho”, un trago que es furor en las barras y after de Estados Unidos. Para elaborarlo, basta con colocar hielo y el jugo de media lima en un vaso de trago largo y completar con New Age.
Para conocer los mejores tragos con espumantes y cómo hacerlos en tu casa ingresá en este artículo.
¿Cuál marida mejor con las comidas?
Por su versatilidad, los espumantes maridan con incontables platos y preparaciones dulces y saladas. Definitivamente, es una de las mejores bebidas para armonizar mariscos crudos o cocidos, sushi, ceviche, trucha y salmón. Del mismo modo, también combinan muy bien con postres a base de frutos rojos, helado y chocolate.
Los frizzantes son de consumo más casual, perfectos para beber en un día de playa o pileta, sin embargo, acompañan muy bien sabores picantes como los de la cocina thai y los sabores dulces de la sobremesa.
1 comentario
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Alberto Luis Gonzalez
Muy didatico todo ademas de ser excelentes vinos y espumantes Felicitaciones