Vinos que potencian el sabor de los platos de invierno

Invierno. Frío. Heladas. Escarcha. Días nublados, grises, con temperaturas bajo cero, de un solo dígito o que apenas rozan los dos. Estamos en la época más gélida del año y para mermar las inclemencias climáticas naturales de estos meses, el cuerpo pide calorías.

Entre estufas, caloventores, salamandras y hogares a leña, la propuesta gastronómica invernal pica en punta con locros patrios, guisos, pucheros, sopas contundentes, pastas rellenas y carnes grasas con diferentes salsas. Y no nos olvidemos de las albóndigas, los estofados, la polenta y las carbonadas. Un clásico de clásicos.

Estos platos de invierno nos invitan a descorchar vinos que potencien su sabor. Es tiempo de descorchar (con responsabilidad y moderación), exponentes vínicos intensos, complejos, con buen cuerpo y crianza en barricas.

Es decir, necesitamos un maridaje por acuerdo, entendimiento o concordancia. Ello significa que las características de los platos deben ser similares a las de los vinos. Si estamos en tiempos en los que las elaboraciones sólidas son power, los vinos que oficien de partener tendrán, entonces, similares propiedades organolépticas.

Las elaboraciones contundentes que nos hace pasar el frío de un modo más ameno, piden un acompañamiento acorde. Vinos tintos robustos, con estructura y presencia tánica son ideales para potenciar sabores con marcado carácter y personalidad.

Las bajas temperaturas son sinónimo de enjundiosos Cabernet Sauvignon, Cabernet Franc, Syrah, Tannat o elegantes vinos de corte. También podemos inclinarnos por sofisticados Malbecs o Merlots. Los platos invernales armonizarán de maravillas con este estilo de vino, signado por su estirpe y su intensidad aromática, siendo profundos y de prolongado potencial de guarda.

En términos generales, los vinos que se ensamblan a la perfección con los platos de invierno son profundos, carnosos y de larga presencia en boca. No son ligeros ni pasan desapercibidos para los curiosos paladares sibaritas. Un sorbo de estos denominados “vinos invernales” nos dejan sensaciones muy agradables en el retrogusto durante una gran cantidad de minutos.  

Vinos que, sin duda, con su potencia, elegancia, notas de frutos maduros y especias, serán fieles compañeros enogastronómicos en el invierno.

A continuación, vamos con un ABC de vinos que son un must para “combatir” el frío. Una pequeña y cuidada selección de etiquetas perfectas para combinar con comidas intensas y contundentes, que nos permitan convivir de mejor manera con el pronunciado descenso de las temperaturas.

Famiglia Bianchi Cabernet Franc. Gran compañero de platos de invierno. De color rubí profundo, atractivo, seduce en nariz a partir de su gran intensidad aromática, con sus clásicas notas de pimentón dulce, especias y dejos florales y de frutos rojos. En boca, su envolvente estructura se combina a la perfección con su elegancia, acidez equilibrada y imponente final en boca.

Gran Famiglia Corte. Un vino complejo, envolvente, de mucho cuerpo y estructura. Va muy bien con platos invernales y tiene gran potencial de guarda. Su crianza en roble francés realza sus características organolépticas, dando un bouquet complejo, entre frutas, flores y especias amalgamadas con notas de vainilla.

Particular Merlot. Sus delicadas notas especiadas y frutas negras y rojas lo hacen el compañero atinado de platos invernales con ciertos dejos especiados. Con crianza en roble francés, asoman en nariz notas de vainilla y chocolate. Vino delicado, de muy buen cuerpo, taninos presentes pero sedosos. De gran estirpe y complejidad.

Sin dudas, una cuidada selección de atractivos tintos de nuestra bodega que potencian el sabor de la cocina invernal y nos invitan a disfrutar del calor del hogar compartiendo una buena sobremesa.