Cabernet Franc: Características y Maridajes

Cabernet Franc: el cepaje del momento

Famoso en todo el mundo gracias a los magistrales ejemplares que desde siempre se elaboran en la región francesa del Loire, el Cabernet Franc también está pisando fuerte en la Argentina. Sus varietales nacionales de alta gama –con el pionero Bianchi Particular Cabernet Franc a la cabeza- avanzan con su calidad y expresión entre los amantes del vino.

 

¿Qué es el Cabernet Franc?

La cepa Cabernet Franc es una de las más plantadas en el mundo. Junto con las variedades Cabernet Sauvignon y Merlot, confirman el tridente del famoso “corte bordelés”, el blend tinto típico del terruño de Burdeos. Sin embargo, en muchas otras regiones francesas –y muy especialmente en el Val del Loire (Valle del río Loira)- también se vinifica solo desde hace siglos.

¿En dónde se produce?

El origen del Cabernet Franc se sitúa en la región de Loire, en el centro de Francia. Se cree que este cepaje se extendió hacia la zona de Libourne, al suroeste del país, en algún momento del siglo XVII, cuando el cardenal Richelieu transportó esquejes de la vid desde el valle del río Loira.

Actualmente, los Cabernet Franc franceses gozan de fama y prestigio mundial, sin embargo, el cultivo y vinificación de esta variedad se expandió por el mundo desde Italia, España, Hungría, Eslovenia y Bulgaria hasta China y Kazajistán. En el Nuevo Mundo, se encuentra de forma escasa en Australia, Sudáfrica, Chile y Nueva Zelanda.

En Argentina, si bien en el pasado el Cabernet Franc solía ser una cepa que se usaba para agregarle a un blend una nueva capa de aromas y sabores -e incluso un toque de su frescura natural-, en los últimos años pasó a ser elaborado como varietal por bodegas y productores de los distintos terruños argentinos.

Características del Cabernet Franc

Tanto en el Viejo Mundo como en la Argentina, el Cabernet Franc es una suerte de conjunción entre los taninos firmes y las pirazinas del Cabernet Sauvignon, y la fruta delicada y las especias del Merlot. Lo que sí ostenta como diferencia es que, sin tener menos potencia tánica ni estructura, presenta una frescura natural en boca, básicamente dada por las notas silvestres, como mentolada, a eucalipto. Ahí es donde reside su principal encanto junto a su delicada austeridad, ese atributo que raramente lo hace voluptuoso.

Sus vinos son delicados y rústicos a la vez. Se distinguen por sus notas a fruta fresca, principalmente ciruelas y cerezas, y un poco de sotobosque que le otorga su toque característico. Sus ejemplares son amables, equilibrados y sumamente interesantes.

 

¿Con qué comida marida bien un Cabernet Franc?

El cuerpo ligero, la acidez equilibrada y los taninos presentes en los vinos Cabernet Franc lo convierten en un gran acompañante de platos sencillos como pastas con salsa de tomate, pizzas y asado. Asimismo, también combinan muy bien con carnes de sabores más complejos como pato o cordero.

Para los aficionados a maridar vinos y quesos, el Cabernet Franc combina muy bien con roquefort, gorgonzola, gouda y brie.

Cabernet Franc vs Cabernet Sauvignon

La variedad Cabernet Sauvignon es producto del entrecruzamiento natural entre las variedades francesas Cabernet Franc y Sauvignon Blanc que se dio durante el siglo XVII en el suroeste de Francia. Es decir, que en su ADN estos dos cepajes tintos tienen mucho en común.

Los vinos Cabernet Franc por momentos recuerdan al Cabernet Sauvignon, sin embargo, su perfil es un poco más herbáceo y sus vinos son más ligeros, más claros a la vista y de textura más fina. Dependiendo de la región en la que crece y del estilo del vino, puede tener aromas adicionales como tabaco, frambuesa, grosella negra y violetas.

Por su parte, los Cabernet Sauvignon son de color más intenso y se distinguen por su característica nota a pimiento y sus aromas frutales complejos. Además, estos vinos también suelen ser más estructurados y corpulentos.

Nuestro recomendado: Bianchi Particular Cabernet Franc

Bianchi Particular Cabernet Franc es un pionero entre los varietales argentinos de esta cepa. Su historia se remonta al año 1976, cuando nuestro enólogo y mentor Enzo Bianchi agasajó a su familia y amigos compartiendo un vino de su cava personal: este particular Cabernet Franc. La emoción que despertó en sus seres queridos este tinto convenció a Enzo de volver a elaborarlo para lanzarlo al mercado, manteniendo siempre el espíritu de su primera añada.

Es un vino de color rojo profundo con tonos violáceos. Se destaca por su gran intensidad aromática con notas de frutos negros y rojos, como cassis y grosellas maduras, muy bien ensambladas con especias dulces, pimiento rojo y notas características de la crianza en roble como vainilla y ahumados.

Esta complejidad, sumada a la frescura, el volumen en boca, los taninos dulces, la elegancia y la acidez equilibrada hace de este vino un gran exponente de la variedad Cabernet Franc.